Los implantes de carga inmediata reemplazan las piezas dentales que, por diferentes motivos, han tenido que ser extraídas. Esta técnica se basa en la inserción de una pequeña columna metálica, al hueso maxilar o mandibular, en la dentadura superior o inferior, en función de varios factores. De este modo, se lleva a cabo la función de raíz dental que servirá para sujetar el diente prostético. Técnicamente esta columna es lo que conocemos como implante.
¿Cómo se colocan estos implantes?
El sistema de colocación de este tipo de implantes es muy sencillo. Supone un proceso simple y eficaz para el paciente con una inhabilitación mínima. Dependiendo del número de piezas dentales que deban ser repuestas, el profesional se inclinará por una opción completa, formada por 6 u 8 implantes, o por una unitaria si solo se ha visto afectada una sola pieza.
Una solución rápida y estética
Hasta hace unos años, era necesario esperar un tiempo prudencial de semanas o meses entre la colocación del implante y la posterior adhesión de la corona o puente. Sin embargo, con los actuales implantes de carga inmediata este tiempo se reduce a un periodo de 48 horas. Este diente no será el definitivo, ya que deberá ser sustituido, pasado el tiempo de cura, por el definitivo que pasará a formar parte de la dentadura del paciente para el resto de su vida, como un diente más.
Mediante esta innovación de la técnica odontológica, conseguimos recuperar la capacidad masticatoria, podremos hablar, gesticular y reir sin problemas, con una sensación de total naturalidad.
Otra de las ventajas destacables de estos implantes es que la estética se encuentra mantenida, ya que la inflamación es mínima y no interfiere en la pérdida de autoestima. El proceso contribuye a la remodelación de la encía y gracias a los materiales biocompatibles la osteointegración se realiza sin ningún tipo de secuela para el paciente.
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