A la hora de escoger ortodoncia, Invisalign (que cuenta ya con más de tres millones de pacientes tratados en todo el mundo) es la mejor alternativa invisible a los tradicionales aparatos metálicos.
Este nuevo método consiste en el uso de alineadores de termoplástico, hechos a medida, que mueven las piezas dentales y que van cambiándose para un resultado óptimo.
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Gracias a su plan de tratamiento 3D virtual pueden verse los movimientos de los dientes y los resultados finales, antes incluso de haber empezado a llevar las férulas: esto permite ejecutar un estudio previo del problema para ver si los dientes pueden ser recolocados o no con esta técnica.
Esto nos lleva a una de las principales ventajas de Invisalign: el hecho de que, gracias a esta tecnología, cada tratamiento es completamente personalizado.
El sistema funciona mediante la potencia de unos alineadores que consiguen un movimiento controlado del diente, no solo en cuanto a la cantidad de movimiento, sino también en cuanto al momento en que se realiza. Así, en una etapa se mueven unas piezas y en la siguiente otras.
¡Dí adiós a los brackets!
A diferencia de lo que ocurre con los métodos tradicionales de ortodoncia, este aparataje es prácticamente invisible, ya que las férulas que se usan son transparentes. Además, se adaptan sin problemas al día a día y no afectan, en ningún momento, a la estética del que las esté llevando.
Pueden, asimismo, retirarse cuando se crea necesario, como durante las comidas, permitiendo una total libertad al ingerir cualquier tipo de alimento (tampoco existe la necesidad de restringir ningún tipo de comida, como ocurría con los antiguos brackets metálicos).
De este modo, resulta un avance indiscutible en el campo de la estética dental: por su innovador mecanismo, pero, sobre todo, por las ventajas que representa para el paciente en cuanto a estética y comodidad.
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