Nuestra piel mantiene constantemente la temperatura regulada, y esto lo realiza gracias al proceso de sudoración. En ocasiones, estas funciones se ven alteradas dando consigo a un exceso de sudor de manera descontrolada. A esta disfunción se le denomina comúnmente como hiperhidrosis. En el post de hoy vamos a contaros más acerca de la hiperhidrosis y cuales son sus causas y posibles tratamientos.
QUÉ ES LA HIPERHIDROSIS
La piel tiene una función termorreguladora encargada de mantener la temperatura corporal en unos 36,5ºC. Si el cuerpo supera dicha temperatura, la piel empezará a liberar líquidos mediante transpiración para contrarrestar. Estas situaciones están motivadas por el ejercicio físico o una descarga nerviosa que aumente nuestra temperatura corporal, entre otros.
La sudoración excesiva se produce de manera espontanea debido a diversos factores. Principalmente podríamos hablar de un exceso de temperatura corporal, pero existen causas relacionadas con la tensión física y emocional. Afecta al 2% de la población mundial, en edades comprendidas entre los 25 y 64 años. Se suele ver en zonas como manos, axilas, pies y región púbica. La hiperhidrosis cuenta con un porcentaje de posibilidades de ser heredado genéticamente.
Los pacientes que padecen hiperhidrosis puede experimentar una serie de grados distintos entre ellos, desde los más leves que les permite llevar una vida normal, hasta grados más severos que les imposibilita la actividad diaria.
Este problema puede llegar a genera un impacto emocional fuerte e interferir en la vida diaria del paciente.
No dejes que la hiperhidrosis interfiera en tus relaciones sociales
Las causas de la hiperhidrosis pueden ser diversas. Aunque no se conocen con exactitud, suelen estár relacionadas con el exceso de respuesta sudomotora. Las situaciones de tensión y los estados de nervios pueden agravar el cuadro. Otros factores como el consumo de tabaco o cafeína puede disparar estos niveles de sudoración.
Existen diversos tratamientos para combatir la sudoración excesiva. Una de las más eficaces y cómodas para el paciente es mediante el uso de toxina botulínica mediante inyecciones con agujas muy finas que bloquean la función de las glándulas sudoríparas, produciéndose una reducción de la producción de sudor. Este tratamiento se realiza en sesiones de una duración de 40-60 minutos y sus resultados se mantienen durante unos 6 meses.
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