La evolución que ha experimentado la implantología dental ha sido exponencial durante estos años. Los nuevos modelos de implantes han conseguido lograr mejoras sustanciales para el paciente, y en la reducción de los tiempos para su colocación. Estos implantes de carga inmediata han superado a los tradicionales, y hoy os vamos a hablar de uno de ellos: los implantes basales.
Decántate por los implantes basales
La denominación de este tipo de implante viene dada por el lugar donde tiene el anclaje: en el hueso basal. Una vez colocado el implante y puesto una prótesis provisional. En menos de tres días se podrá colocar la prótesis definitiva. Una vez finalizado el tratamiento, el paciente podrá volver a realizar su actividad diaria y podrá volver a masticar de manera normal.
La mayor de sus ventajas frente a otro tipo de implantes tradicionales es que es menos invasivo. Esto se traduce en una menor inflamación y dolor. La ausencia de sangrado es una ventaja adicional, sobre todo en pacientes que estén tomando algún tipo de medicamento anticoagulante. Los implantes basales ofrecen al paciente un mejor nivel de vida.
En este tipo de implantes no requiere una intervención quirúrgica. La implantación es sencilla y se realiza sobre el hueso residual, el que más perdura en el ser humano. Esta técnica favorece a casos en los cuales el paciente disponga de poco hueso, evitando injertos u otro tipo de prótesis.
La adaptación perfecta de los implantes basales
Si de algo pueden presumir este tipo de implantes es de la facilidad para adaptarse al hueso. Esto es debido a que éste se coloca sobre el hueso cortical. Este hueso tiene la característica de reparar los defectos que pudieran quedar tras la cirugía y reabsorber. Además, su dureza le permite ser más resistente en la carga.
Es un hecho. Los implantes tradicionales están quedando atrás para dar paso a este tipo de implantes de carga inmediata. Los implantes basales te garantizan una mejor calidad de vida.
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